No es una fecha para celebrar sino para reflexionar. El mundo se encuentra en una profunda crisis Ambiental. Palabras como cambio climático, efecto invernadero, agroquímicos, mega minería, contaminación del agua, aire y suelos, basurales, sojización, incendios, etc., están presentes en nuestras vidas cotidianas. Todos estos términos o conceptos, hacen foco sólo en problemas ecológicos y no en el problema ambiental en su totalidad. Si nos preguntásemos cómo se llegó a esta crisis, es indudable que la respuesta es a causa de la humanidad. Entonces, la crisis ambiental no es sólo ecológica sino que es, una crisis civilizatoria.
Como consecuencia de ésta, la mayor parte de la población mundial se encuentra en situación de pobreza y de inaccesibilidad de recursos para vivir dignamente. Esto se debe al colonialismo de los países centrales en el transcurso de la historia sobre los países en desarrollo, a los cuales se los ha saqueado y privado de sus recursos naturales a través de las guerras y la dominación política y económica.
Sin lugar a dudas el factor más influyente en la crisis ambiental es el modelo capitalista que ha instalado un estándar de vida donde el bienestar humano y la felicidad sólo se logran con la acumulación de riqueza y consumo desmedido. Estas sociedades de consumo son en realidad sistemas sociales de despilfarro masivo, basados en el gasto por el gusto al lucro (Perón, 1972).
Por consiguiente, si la crisis ambiental es una crisis civilizatoria y no ecológica, es de suma importancia la resignificación del concepto de ambiente saliendo de aquella con una visión ecosistémica, a una en la cual, se incorpore en su definición la trama social inmersa en la naturaleza.
Por lo tanto, la sustentabilidad ambiental se sostiene desde cuatro dimensiones; Económica, Ecológica, Social y Política. De este modo, afirmamos que no hay justicia ambiental sin justicia social.
Para salir de esta profunda crisis ambiental mundial, creemos que es necesario un cambio de paradigma contra los modelos hegemónicos y de dominación impuestos por el capitalismo salvaje, enmarcado en un sistema neoliberal, avalado por las grandes potencias y corporaciones multinacionales, que buscan beneficiarse a costa de políticas intervencionistas y colonialistas expresadas en estrategias económicas que privatizan y explotan los recursos naturales, precarizan el trabajo y acrecientan la inequidad social.
Sólo lograremos el cambio si estamos unidos y organizados en la lucha contra la mercantilización de la naturaleza, la inequidad de género, el etnocentrismo, la guerra, la pobreza, el colonialismo, la invisibilización de los pueblos originarios, militarización de los territorios, el patriarcado y todo tipo de dominación.
Río +20 nos convoca a debatir y construir el futuro que queremos convencidos que el futuro lo construimos entre todos hoy.
Equipo editorial
Colectivo Platense Río+20